Susana Solís Esquinca

En los últimos días corren versiones que habrá relevo en el Comité Directivo de Morena y quien -dicen- se enfila para tomar la estafeta es Fernando Bermúdez, el más cercano colaborador del gobernador, Eduardo Ramírez Aguilar.
Los rumores no son descabellados dado que parte del juego político de cada administración es colocar a los que han probado lealtad para redefinir el ajedrez político.
Por lo tanto, llegó la hora de sacudirse el pasado que se impuso en la figura de Carlos Molina, de triste historia y contra quien pesa una serie de presuntas acusaciones por venta de candidaturas y otras anécdotas relatadas por los mismos morenistas; por ello nadie se sorprendió que en el sexenio pasado se haya consolidado el nepotismo, influyentismo y cacicazgo; conductas que el gobernador Ramírez ha criticado y dejado muy claro no se repetirán.
Los morenistas ven con esperanza que llegue alguien de suma confianza del gobernador a un puesto que rediseñe la composición política de los 123 ayuntamientos y las 40 diputaciones locales. Se sabe que en algunos municipios no habrá reelección, se elegirán personajes nuevos que revitalicen el oficio político y se comprometan con el pueblo.
Al menos, el primer paso, será decir “bye, bye” a los tabasqueños y pro-tabasqueños que colonizaron Morena de Chiapas.
Un paso adelante…
No solo se trata de amistad o lealtad, sino también ir un paso adelante.
Es el caso de Fabiola Ricci Diestel, alcaldesa de San Cristóbal, que el pasado viernes sorprendió a propios y extraños al presentar una ambiciosa campaña de promoción turística para San Cristóbal de las Casas, mientras aquí la Secretaría de Turismo yace adormilada esperando que le digan que hacer o si van a caer recursos en plena austeridad.
La alcaldesa sacristobalense no se quedó esperando la lluvia sino hizo llover haciendo sinergia con los empresarios de esa ciudad que soportaron más de seis años de ausencia institucional y que ahora por fin encontraron la puerta de un ayuntamiento aliado para recuperar la afluencia turística de lo que se conoce como la joya de la corona.
Los materiales audiovisuales, producidos con muy buena manufactura técnica no le piden nada a las grandes empresas en el ramo, hacen brillar a San Cristóbal de las Casas y presentarlo como un seductor atractivo cosmopolita, no solo por su belleza arquitectónica o sus culturas vivas, sino por la calidad de sus servicios que rivalizan e incluso superan a lo que ofrece cualquier ciudad colonial del país. Es una nueva visión de San Cristóbal, vista por los propios sancristobalenses que en verdad sorprende hasta los que nos decimos conocedores de esa ciudad.
That’s All.