Mary Jose Díaz Flores/F&S
Como un buen Judas, el presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), Horacio Culebro Borrayas, intentó lavarse las manos grabando un video en el que asegura que ha emitido la queja 759/2025 para que la FGE y la SSP emita las medidas precautorias a mi favor, evidenciando una vez más su ignorancia, pues en primer lugar no puede emitir una queja y en segundo; precisamente él es el perpetrador de la estigmatización que señalo y por lo tanto hay un conflicto de intereses que le obligan a declinar su competencia a la CNDH.
Sin embargo, no sabe que las quejas no se emiten así nada más por gusto, se inician por oficio o a petición de la parte interesada que considere que se están vulnerando sus derechos humanos. En el video, asegura que la CEDH defiende a todos los ciudadanos “incluyendo” a la periodista, mencionándome en forma excluyente y burlona.
Para su información, las quejas no se emiten, las que se emiten son las Medidas Cautelares, necesarias y suficientes, para salvaguardar la integridad física y psicológica, la vida o evitar que se cometa un acto que pudiera violar los derechos humanos como bien lo explica en un texto publicado en redes sociales el abogado Diego Cadenas y expresidente de la CEDH en Chiapas, que sí conoce de derecho.
En el video, reafirma su compromiso de respetar la libertad de expresión, pero en los hechos acusa a quienes le critican de pretender extorsionarlo, ya que cuando le preguntan sobre la información publicada en Filo y Sofía, responde; “Yo Creo que a veces se debe a personas que han llegado a solicitar que se les dé mucho dinero y la Comisión no tiene dinero para dar, yo creo que a veces de eso nace el encabronamiento en contra de uno”, en lugar de aclarar la veracidad de la denuncia, prefiere descalificar y estigmatizar señalando que todo es por dinero, porque repito; el león cree que todos son de su condición.
Por otra parte, afirma a sus más cercanos colaboradores que tiene suficiente poder como para mantenerse en el puesto sin ser tocado ni con el pétalo de una rosa, aún con toda la andanada de pruebas documentales y fuentes vivas que se han hecho virales en las redes sociales y ha trascendido más allá del rincón sureño de México.
El emperador de la CEDH, dice tener varios videos “comprometedores” que son los que lo llevaron al puesto que tomó por asalto con la venia de todo el Poder Legislativo que, por cierto, debería al menos llamar a comparecer a este sujeto para que explique todos los actos de corrupción de los que es señalado, porque los diputados locales lo nombraron por unanimidad en medio de la duda de todos los chiapanecos que pensaron que era una broma.
El caso Immanuel Núñez Gálvez, es la prueba de abuso, odio, rencor y coraje que tiene Horacio Culebro Borrayas hacia los trabajadores, pues aun cuando se servía de él, al hacerse pública la denuncia, lejos de emitir una declaración pública, el falso ombudsman prefirió castigarlo con un cese fulminante tres días antes de la quincena bajo amenazas de llevarlo a la cárcel por difamación y calumnia, y ni siquiera le permitió ingresar por sus cosas personales a las nuevas oficinas de la CEDH, de donde fue sacado a empujones, de paso al presentarse a cobrar su última quincena le dieron la cuarta parte del salario.
El temerario presidente de la CEDH ha dado entrevistas a modo para dar una versión sesgada de lo que realmente ocurre en la institución, jamás ha convocado a conferencia de prensa para aclarar lo que ya no se puede sostener como actos aislados de corrupción, abuso de poder, uso indebido de la función pública, hostigamientos laboral, desvío de recursos públicos, nepotismo y una letanía de ilícitos suficientes para regresarlo al Amate, donde ya conoce el camino y los amigos que dejó desde la última vez que Rutilio Escandón Cadenas lo mantuvo preso.
Por cierto, falta que denuncie el despido injustificado el periodista Juan Leyva, a quien quitaron también de Comunicación Social de la CEDH para poner al nutriólogo Gustavo Balbuena Balbuena, hijo de la trabajadora doméstica de Horacio Culebro Borrayas, su prima, Blanca Elena Balbuena Gómez, a quien tiene dada de alta en la institución; ambos con un sueldo global de 28 mil 825.80 pesos.
Además para conocimiento de este también presunto “Maestro en Derecho” que le exige pruebas a Immanuel Núñez Gálvez: “El artículo 420 del código penal en su fracción XI señala que comete el delito de abuso de autoridad quien obtenga, exija o solicite sin derecho alguno o causa legítima, para sí o para cualquier otra persona, parte del sueldo o remuneración de uno o más de sus subalternos, dádivas y otros bienes o servicios”. Está denuncia se puede presentar en la fiscalía de combate a la corrupción.
El “Maestro en Derecho” cree que lo sabe todo; se olvida que los medios de prueba son todos aquellos elementos que sirven para acreditar la verdad de los hechos denunciados, como la documentación (contratos, recibos, facturas), las declaraciones de testigos, los dictámenes periciales, la confesión de las partes, y la reconstrucción de hechos o inspecciones.
Pero este “hombrecito” es ignorante no sólo de las leyes, sino también de los reglamentos que rigen a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que debería contar con el órgano de observancia interna llamado Consejo, el cual ha desestimado porque el Congreso local ha sido cómplice y omiso al no darle personalidad único cuerpo rector que no funciona y por el cual Culebro Borrayas, su hijo y su banda, han hecho de las suyas en tan poco tiempo.
Con Filo
Mi agradecimiento infinito a todos los y las periodistas que me han manifestado su respaldo y solidaridad.
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